miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Dónde?

¿Dónde escondemos los deseos?. ¿Dónde los dejamos escapar?. ¿Dónde se van quedando amontonados?.

Quizá esperamos que alguien los encuentre y sepa qué hacer con ellos y nos los devuelva convertidos en realidad. Otros se quedarán en convertidos en sueños, en ese mundo del que quizá es mejor que no salgan, porque si lo hicieran perderían la magia que los creó.

Tengo deseos y sueños, pero sobre todo tengo realidades. Alguna vez, no muchas, quizá fue sólo una, se unieron, duró muy poco. Será por eso que me cuesta tanto inventar historias, porque no me las creo. Será por eso que disfruto tanto cuando otros las inventan y cierro los ojos y las veo, las veo bailar delante de mí. Será que debo perder el miedo, y dejar bailar las mías delante de los ojos de otros.

Tengo que intentarlo.

¿Más propósitos para el invierno?